Uno de ellos ocurrió en los primeros minutos del segundo tiempo. Brasil y Senegal empataban a uno y Neymar hizo las delicias de los aficionados en el centro del campo.
No es su mejor regate, ni tan siquiera sabemos si salió justo como él había pensado. Pero la reacción de la grada, con un unánime "¡Oooh!", premió el sombrerito hacia atrás del brasileño.
Neymar recibió el balón cerca de la banza izquierda del ataque de su equipo. Con un rival por delante y otro que llegaba a toda velocidad por detrás, el del PSG no lo dudó y quiso asegurar la posesión.
De primeras y con la zona exterior de su bota, el delantero elevó la bola por encima de su marca, sin que el senegalés apenas se diese cuenta de hacia dónde había ido a parar aquella pelota...