Pese a nacer en el barrio de La Ribera, personas allegadas al ex futbolista cuentan que fue de River de toda la vida. Su apego con el barrio propició que destacase en las categorías inferiores del club 'xeneize' a pesar de tener su corazón ligado al Monumental.
Así era Carlos Randazzo, el único jugador que tuvo la posibilidad -y las agallas- de jugar en los dos clubes más mediáticos de Argentina para finalmente volver a donde empezó todo. Los hinchas de Boca, a sabiendas y a pesar de su condición, nunca le reprocharon nada.
"Con la barra de Boca siempre tuve la mejor, me cuidaban porque me conocían del barrio, me tenían cariño, aún sabiendo que era hincha de River", comentó en una entrevista con 'El Gráfico' en 2015.
Los que le conocen, y así tambíen lo narran los testimonios oficiales, le describen como una persona de fácil atracción por el vicio y con una increíble habilidad para tomar malas decisiones. Fruto de ambas fueron su adicción a las drogas y su doble paso por la cárcel. La primera vez, en 1993, acusado del asesinato de un empresario.
Volviendo al fútbol, su trayectoria profesional tiene un punto de unión a los inicios de Diego Armando Maradona. Destacado jugador en Argentinos Juniors, Boca ofreció por el 'Pelusa' a varios de sus futbolistas entre los que entró Randazzo. En aquel momento, el representante del futbolista era Guillermo Coppola, también agente del '10'.
17 de octubre de 2017
Tras pasar por Argentinos y Racing, Randazzo desembarcó en Núñez en la temporada 1981-82. Tenía entonces 23 años.
Dos años permaneció allí, pero el jugador abandonó River -el equipo de su corazón- debido a su bajo rendimiento con la franja roja y volvió a La Ribera, el barrio donde se había criado futbolísticamente con La Bombonera de fondo.
Una vez abandonado el fútbol y cumplida su tregua con la justicia -pasó 11 años en la cárcel, el ya entonces ex futbolista se alejó de los focos e inició una vida en el sur de Argentina. En la entrevista con 'El Gráfico', Randazzo declaró que la cárcel era "una fábrica de locos". Allí volvió más tarde a cumplir un año por tenencia ilícita de mariguana.
Amigo de Maradona y con una relación cercana entre ambos, el ex de Boca y River explicó los detalles de su adicción a las drogas: "Los médicos de los planteles nos metían inyecciones para tener un ayudín en los partidos. Y entonces el día que nos ofrecieron la cocaína dije: 'Esto es una boludez al lado de las inyecciones".
Después de una vida de película, Carlos Randazzo, el único jugador de la historia que jugó para el 'Xeneize', para el 'Millonario' y de vuelta al 'Xeneize', volvió a la Boca donde sigue en la actualidad.