Desde el este del río Rin hasta Suiza, la Selva Negra se expande por gran parte del sur de Alemania creando un oasis en pleno continente europeo. De sus rincones surgen lagos, cascadas y numerosas montañas que aportan un matiz pintoresco a las ciudades que la rodean.
Cerca de la frontera con Francia y sometida al vaivén de la historia, Friburgo se alza como un apacible destino para relajarse y disfrutar de la naturaleza. La paz que impone el territorio parece haber contagiado al equipo desde sus inicios, pues constantes son sus coqueteos con las posiciones bajas de la tabla.
Uno de sus grandes rivales, el Stuttgart, peor clasificado que ellos en la presente temporada, se sitúa a 205 kilómetros al norte, puerta de entrada a lo que los romanos llamaron 'populis nigra'. Ya en la época de su Imperio, la densidad de la flora era tal que apenas dejaba penetrar la luz del sol, lo que oscurecía los caminos y los volvía peligrosos.
En ese escenario, el Mercedes-Benz Arena recibe a sus vecinos del sur en una batalla que podría decantar sus opciones reales de salvar la temporada. Actualmente, los locales están ubicados en los puestos de promoción, a dos y tres puntos de Nüremberg y Hannover 96, que andan en las profundidades de la Bundesliga.
Para el partido, el Stuttgart espera como agua de mayo a Benjamin Pavard. El vigente campeón del mundo con Francia vuelve al equipo dos meses después de caer lesionado y marcarse en propia puerta en la derrota por 3-0 ante el 'Gladbach.
El equipo le necesita, aunque el galo abandonará el club independientemente de lo que suceda. En verano pondrá rumbo a Múnich, precisamente otra de las ciudades colindantes a la Selva Negra.
2 de febrero de 2019