El feudo donostiarra, en plena remodelación, recibió este jueves la visita de dos inspectores de LaLiga que determinaron su aprobación para el estreno del próximo 15 de septiembre contra el Barcelona.
El nuevo Anoeta, que se sometió a más de dos horas de rigurosa inspección, dispone de los requisitos oportunos para recibir su primer partido de la temporada 2018-19.
Tras revisar el estado de las obras y del césped, que se ha colocado con esmero durante tres días, los inspectores no vieron ningún problema para albergar la visita de los de Valverde, en la que la parroquia 'txuri-urdin' disfrutará por primera vez (desde 1993) del fútbol sin una pista de atletismo por medio.
Ese día la Real utilizará el nuevo fondo sur y las tribunas laterales altas, que se mantienen intactas, así como las bajas, de nueva construcción, mientras que no se podrá usar el fondo norte, que aún debe ser demolido y reconstruido. Las obras finalizarán definitivamente dentro de algo más de un año.
La polémica que se produjo en el encuentro que jugó el equipo azulgrana en Valladolid, por el estado del terreno de juego, ha puesto el foco sobre el césped de Anoeta, que comenzó a instalarse el pasado lunes.
El club, que ha hecho una difusión diaria de las obras a través de su web con vídeos y fotografías, no tiene dudas, y así lo confirmó hace escasos días su presidente, Jokin Aperribay. Por lo que el campo de juego estará en condiciones para albergar un partido oficial de alta competición.
El próximo miércoles la Real ha previsto que sus juveniles jueguen un partido amistoso en el estadio, en el que además se probará el VAR, para cerciorarse de que el estado de terreno de juego es óptimo.
Los trabajos de reforma de Anoeta, que costarán 50 millones de euros, significarán un incremento de aforo de los casi 30.000 espectadores actuales a los 42.000, aunque el próximo 15 de septiembre habrá sitio para 28.000 aficionados.
6 de septiembre de 2018