Si algo está claro al respecto de la figura de Zlatan Ibrahimovic, es que es capaz de lo mejor y de lo peor. El delantero sueco es un genio capaz de genialidades que a nadie más se le ocurren, aunque también comete acciones reprochables que a nadie más se le ocurren.
En el duelo de la semana pasada que enfrentó a las selecciones de España y Suecia en La Cartuja, Ibra puso la guinda a una discreta actuación soltándole un inexplicable golpe a César Azpilicueta por la espalda que bien le pudo haber costado la expulsión.
Este 24 de noviembre hizo lo propio, en este caso en Champions League, con el Milan y ante el Atlético de Madrid. El ex de Barça o PSG salió desde el banquillo para ser la referencia ofensiva, pero volvió a perder los papeles y propició sobre Savic un empujón muy similar al que le dio al defensa del Chelsea.