El Deportivo de La Coruña se reforzó el pasado verano con el objetivo de crear un bloque competitivo que pueda cumplir con el regreso a Segunda División. Una de las muchas incorporaciones fue Adrián Lapeña, un jugador que, pese a que solo tiene 25 años, ya cuenta con una digna trayectoria.
Junto al guardameta Mackay, es el único futbolista de la plantilla que ha disputado todos los minutos hasta la fecha, y quiso agradecer la confianza que el técnico deposita en él: "Estoy muy contento. Trabajo todos los entrenamientos al 100%, me vacío para que el entrenador, si lo cree oportuno, cuente conmigo".
Pasó los inicios de su carrera deportiva en las categorías inferiores de la Real Sociedad, donde tuvo la oportunidad de disputar la Youth League. Ahora, los jóvenes canteranos del Deportivo disfrutarán de ese privilegio, por lo que el zaguero les mandó un mensaje: "Van a jugar en Riazor, animaría a la gente a ir y si ellos salen a disfrutar, habrá opciones. En el fútbol, cuando te metes presiones, los resultados negativos llegan solos".
Tras una aventura en el KAS Eupen de Bélgica gracias a una cesión, Lapeña jugó en el Castellón, donde vivió las dos caras de la moneda con un ascenso y un descenso. "Me dolió también porque era la primera vez que tocaba Segunda y veías la oportunidad… Pero si me ha servido para acabar en el Deportivo, bienvenido sea", explicó el futbolista.
Ahora, el central tiene un papel destacado en el cuadro gallego y sirve de guía para los más jóvenes de la plantilla. "Tienen que meterse en los entrenamientos y ser esponjas, aprender de todo lo que vean y escuchar porque en el futuro tendrán que ser ellos los que tengan que aconsejar a los chavales", concluyó.