Neil Ruddock
Cuando este central defendía la camiseta del Crystal Palace, el entrenador (por entonces Harry Redknapp) obligó al club a bajarle el sueldo un 10% cada vez que el jugador sobrepasara los 99,8 kilos, algo que ocurrió en ocho ocasiones.
Bobby Gould
Una vez colgadas las botas, Gould entrenó durante una etapa al Wimbledon. Allí, el propietario del club, Sam Hamman, incluyó una cláusula en el contrato de Gould con la que podía modificar la alineación hasta 45 minutos antes de los encuentros.
Rafael Van der Vaart
El holandés fue un auténtico fracaso para el Betis, que prohibió al ex del Madrid lucir botas rojas, el color del rival verdiblanco por antonomasia, el Sevilla. Después, Van der Vaart jugó tan poco que casi nadie recuerda si llevaba botas o no.
Stephan Schwarz
El agente del futbolista, cuando éste firmó por el Sunderland, tenía reservada una plaza en el primer viaje comercial al espacio. Por si acaso, el club le impidió a Schwarz que acompañara a su representante.
Rolf-Christel Guié-Mien
El congoleño llegó al Eintracht preocupado por la gastronomía alemana. Tales eran sus reservas que hizo que el club le pagara a su esposa un curso de cocina alemana.
Giuseppe Reina
Al alemán le gustaba cambiar de casa con asiduidad, exigiendo en el Arminia Bielefeld una nueva morada cada temporada. Algunas voces contaron que, al no señalar el tamaño de la vivienda, el club le entregó algunas hechas con Lego.
Mario Balotelli
En el Liverpool no se fiaron un pelo del italiano e intentaron motivarlo con un millón de libras siempre y cuando no fuera expulsado más de tres veces.
Ian Holloway
"Si veo potencial en un jugador y lo revalorizo para el club merezco una parte", llegó a decir cuando estaba en el Blackpool, que no tuvo más remedio que dar un porcentaje de cada traspaso a su técnico.
Daniel Passarella
A Passarella no le gustaban los jugadores con melena, negando incluso la convocatoria con la 'Albiceleste' a aquellos que no acataran la orden de pelarse. Fernando Redondo, uno de los grandes perjudicados.
Dennis Bergkamp
De sobre es sabido que el holandés tenía fobia a los aviones, por lo que llegó a realizar viajes de más de 1.000 kilómetros en otros medios que no fueron el aéreo, algo obviamente aceptado por el cuadro 'gunner'.