1. Sin pegada
Con ímpetu, entrega y voluntad de dar un giro a la situación que sufren los jugadores del Real Madrid, la falta de pegada les acaba empujando a una desesperación que personifica como nadie Cristiano Ronaldo. Se estrelló con Sergio Asenjo, al que chutaron en siete ocasiones a puerta sin ser capaces de superarle los de Zinedine Zidane. Un total de 29 disparos y cero goles.
Dos partidos consecutivos sin marcar en el Santiago Bernabéu once años después. La pasada temporada cerraba la primera vuelta con 49 tantos (2,5 por partido) y en el presente lo hace con 32 (1,7 por encuentro).
2. Bajón físico en las segundas partes
El ímpetu de la primera mitad se rebajó y pasó a ser un partido abierto, de intercambio de golpes en la segunda, con claro riesgo de no salir ganador. En el contragolpe buscaron un arma para hacer daño pero no lo consiguieron. Once goles encajados en las segundas partes por nueve marcados explican la pérdida de puntos.
3. Un juego previsible
Después de la primera mitad con minutos de presión alta, robo en campo enemigo e intentos de disparos desde varias posiciones, la necesidad y el paso de los minutos fue convirtiendo al Real Madrid en un equipo previsible.
Cada acción consistía en mover el balón para intentar generar desorden en el buen planteamiento táctico del Villarreal y acabar colgando balones, principalmente desde la banda izquierda, que nunca encontraron un claro rematador.