Una de las últimas decisiones erróneas fue la de no dar la oportunidad de quedarse a Alan Ruschel, uno de los supervivientes, que quedó un poco ignorado por el club y acabó saliendo cedido a Goiás.
Para seguir adelante estos últimos años, desde la tragedia de 2016, Chapecoense tuvo que hacer hasta 20 incorporaciones, incluyendo jugadores nuevos e integrantes del filial, además del cuerpo técnico liderado por Vánner Mancini.
Esta temporada ha ido de mal en peor, hasta consumar la peor noticia deportiva que podía suceder: el descenso de Chapecoense a la segunda categoría del fútbol brasileño.
Pero, además, las indemnizaciones no han terminado de llegar a las familias afectadas. La compañía aseguradora se negó a pagar porque, supuestamente, la compañía aérea no pagó el seguro.
Al final, algunas familias, la mitad aproximadamente, aceptaron otros cobros de las compañías Tokio Marine Kiln y Bisa, mucho menor a la cantidad requerida, con la condición de apartar la denuncia. El caso sigue en los tribunales.