Casi cada temporada, las copas nacionales nos enseñan historias maravillosas. Equipos que aparecen de la nada, humildes que se codean con gigantes. Recordamos, por ejemplo, al maravilloso Mirandés de la 2011-12 o el Milwall de la 2003-04, dos ejemplos de que el corazón puede muchas veces más que los millones.
Este mismo año, Les Herbiers -de Tercera División-, rompió todos los pronósticos en Francia. Alcanzó la semifinal, la disputó ante el Chambly (también de Tercera) y consiguió el pasaporte a la final. En ella espera el PSG, un monstruo al que el modesto club galo quiere destronar.
En Portugal, el gran protagonista copero es el Desportivo das Aves, también en la final. No viene de tan atrás como Les Herbiers, pero no deja de ser un equipo que lucha por no perder su puesto en la primera categoría. Una ciudad de menos de 10.000 habitantes, pendiente de un club que quiere hacer historia.
Para inesperada, la final en Rusia. De un lado estará el Tosno, en descenso; por el otro, el Avangard Kursk, de Segunda División. Para los dos clubes es la primera gran final de su historia.
Por último nos vamos hasta Turquía, donde el Akhisar Belediye luchará de tú a tú con un histórico como el Fenerbahçe. Tras dejar por el camino al Galatasaray, el Akhisar sueña con un título mientras pugna por no perder la categoría.