Tarde aciaga para el Norwich. Un partido que evidenció lo que ha sido la mayor parte de la temporada para el club que lleva descendido ya varias semanas.
Los 'canaries' no tuvieron casi opciones en su casa ante el Burnley. El partido se les puso muy cuesta arriba muy pronto, pues al final de la primera parte se vieron con dos jugadores menos y un gol en contra.
Pero no terminaron ahí las desgracias. Dicen que no hay dos sin tres y los locales lo sufrieron en sus propias carnes al encajar el segundo tanto en propia puerta.
En lo que parecía un gol sin ningún tipo de peligro, Godfrey puso mal el pie para controlar y terminó mandando el balón al fondo de su propia portería ante la atónita mirada de Krul.