No muchos futbolistas pueden decir que protagonizan el aspecto positivo y el negativo de un partido. Pero claro, no todos son como Neymar, un hombre de extremos.
El futbolista acaparó todas las miradas como siempre en la Ligue 1. Visitaba un campo nuevo -el Nîmes es un recién ascendido- y, como ya le ha pasado en el resto de la geografía francesa, recibió pitos, críticas y hasta divisó varias pancartas que le atacaban antes del comienzo del choque.
Tal vez por ello, la celebración de su tanto, el 0-1, estuvo fuera de lugar. El atacante brasileño se fue corriendo justo a una pancarta que le llamaba "llorona" y fingió un llanto ante la afición rival. Feo estuvo que le atacaran de esa manera, pero aún más fea su infantil reacción.
Sin embargo, como Neymar es capaz de lo peor pero también de lo mejor, el brasileño se resarció de su mal gesto y tuvo uno precioso con un niño que corrió a abrazarle tras el triunfo de los parisinos.
Esta vez, las lágrimas corrieron a cargo de un pequeño que acabó en brazos del futbolista del PSG, que tal vez fue consciente entonces de su error en la primera mitad y quiso acabar con buen sabor de boca el partido.
1 de septiembre de 2018