Para unos, los deberes sin hacer. Para otros, un sueño impensable que, una vez en la mano, duele mucho perder. La Champions mostró sus espaldas a 'culés' y 'azulones'.
El de este domingo puede ser catalogado como el partido más triste de la reciente historia del Barça. La afición, sin nada en juego en Liga, empleó el encuentro para ajusticiar a sus culpables y desahogar tanto la rabia, unos, como el apoyo incondicional, otros, a los suyos.
El Getafe salió al Camp Nou en su tónica habitual de este año: sin ser el favorito, pero dando mucho dolor de cabeza a su rival. De hecho, tuvo al Barça en su propio campo durante la primera media hora y Molina perdonó el 0-1 con una ocasión que mandó alta.
Nunca es fácil jugarte algo en la Ciudad Condal. La ilusión de la Champions pasaba por sacar algo positivo del templo azulgrana o, en cambio, esperar favores de Alavés y Atlético. Y nada llegó.
En clave azulgrana, la atención se alejó del césped en la primera parte. Los focos fueron puestos sobre Coutinho, cabeza visible de los 'culpables' del 4-0 en Anfield. Los pitidos acompañaron al brasileño en cada balón que tocó, aunque cuando abandonó el campo oyó algunos aplausos que quisieron acallar a tanto abucheo.
El despertar del Barça
Tras el dominio del 'Geta', el Barça comenzó a merodear el área de David Soria. Messi, desaparecido hasta entonces, empezó a ser visto, aunque el nombre propio del primer tiempo acabó siendo Arturo Vidal. A los 39 minutos, el chileno remachó en el área chica un despeje de Soria para poner el 1-0 en el marcador antes del descanso.
La segunda mitad comenzó de forma idéntica. El Valencia había remontado, sacando a los madrileños de la 'zona Champions'. Bordalás, desde la grada por sanción, metió a Portillo y buscó una reacción que llegó, pero no en forma de gol.
Con el paso de los minutos, los locales se hicieron con el balón y el control del partido. Jorge Molina y Ángel esperaban arriba alguna semilla que hacer crecer en el árbol de la ilusión. Pero la defensa azulgrana les cortó el riego.
Valverde dio entrada a Abel, haciéndolo debutar, además de a Aleñá y Semedo. Con una convocatoria justa entre lesiones, el banquillo era inusualmente joven e inexperto, aunque los elegidos supieron estar a la altura. El canterano tuvo el 2-0 en sus botas, pero Soria le amargó un posible debut soñado.
Messi dejó alguna perlita en el segundo tiempo, como una jugada que recordó a aquella mágica ante el mismo rival. Pero la definición hizo olvidarla pronto.
Del 1-1 al 2-0
Los últimos minutos pudieron cambiar totalmente el singo, que, finalmente, sólo hizo confirmarse. En el 88', Molina mandó un cabezazo al palo que habría hecho dormir, una semana más, a los suyos en la cuarta plaza. Pero, en vez del 1-1, otro 'azulón' puso el 2-0 final.
Arambarri se adelantó a Messi, que ya cargaba la pierna para rematar ante Soria, y firmó un autogol que acabó matando a su equipo. Un tanto que le mostró al Getafe una espalda de la Champions que ya sufrió el Barça unos días antes.
Para cumplir su sueño, el conjunto de Bordalás tendrá que esperar un tropiezo del Valencia para optar a recuperar la cuarta plaza, posición a la que también aspira el Sevilla. En seis días, el último capítulo de la serie más vista de la historia.