"Un domingo antes del partido bebimos tres cafés y ganamos. Después de esto, me obligó a beber tres cafés todos los domingos por temor a romper la superstición", confesó Fabrizio Mazzini, jugador de Sarri durante su etapa en el Stia.
Esta era una de las curiosas manías que el actual técnico del Chelsea desarrolló a lo largo de su carrera y que ahora han visto la luz con diversos testimonios en el 'Daily Mail'.
El técnico italiano siempre fue muy peculiar desde sus inicios, mostandose bastante sistemático hasta a la hora de aparcar su coche. Y es que según revela el medio británico, el preparador siempre dejaba su vehículo en el mismo sitio durante su época en el Sansovino.
En la misma, dirigió a Andrea Rossi, que confesó una de las extravagancias del técnico. "Ganamos un partido fuera de casa y él ordenó que el mismo conductor de ese día nos llevara al próximo partido fuera".
Otra curiosa anécdota de Sarri la ha revelado Luca Rialti, futbolista que estuvo a sus órdenes también en el Stia. En este caso, la superstición del entrenador iba de la mano con su adicción al tabaco.
"Cuando íbamos juntos y venía una curva de horquilla, siempre tenía que encender un cigarro. De lo contrario, pensaba que el próximo partido iba a ir mal", comentó Luca.
Además de todas estas, Sarri también es el último en salir al campo, al igual que evita pisar el terreno de juego, dando la vuelta tras las porterías para no hacerlo en caso de que el túnel de vestuarios esté al otro lado de los banquillos.
Una muestra más de las peculiaridades de un italiano que ha comenzado de forma extraordinaria su periplo en el Chelsea. Cuestión de suerte, pensará Sarri.