Tana, ex jugador de Las Palmas, pasó por los micrófonos de 'Canarias Radio' y despachó sin ningún temor contra el cuadro amarillo, sobre todo por las formas que utilizó para echarlo del club.
"Sobre mi figura se hizo una montaña, pero el que sabe, sabe. He estado de fiesta con diez compañeros, pero solo se filtraba mi nombre. El club quiso quitarse de encima a la oveja negra para así quedar bien con la afición. El club entonces dijo: 'Nos quitamos a este, nos limpiamos la mi*rda. Si hubiesen pitado a otro, que sabemos todos, se hubieran ‘cargado’ a ese otro", comenzó.
"Seguramente el 98% de los futbolistas beben alcohol. Y más que yo. No bebo cervezas, no me gusta. Mi alcohol es esporádico. Nunca he dicho que no hubiera salido de fiesta algunas veces. Si cenando me quiero beber una o dos copas de vino, me las bebo. Pero no me he buscado nada", continuó.
Ahora juega en el Maziya, de la Liga de Maldivas. Su llegada fue curiosa: "El tiempo y las cifras se concretaron por Instagram. Como oferta forma pedí un papel firmado por el Maziya. Aunque pensé que no se iba a dar, todo fraguó. Los palos me los he llevado de los representantes. Estoy aburrido de ellos. Su trabajo es gracias al jugador, y después te hacen un lío y te engañan".
Volviendo al tema de su polémica marcha de Las Palmas, explicó que le pusieron a alguien para vigilarle. "Mi salida de la Unión Deportiva fue injusta. En el mes en el que el detective me siguió no salí de fiesta, no hubo una copa y no entendí los motivos. Fue un despido improcedente que gané sin ir a juicio porque ellos lo aceptaron. No quise hacer daño a nadie, pero sí que fueran justos conmigo".
"Se demostró que somos mercancía cuando me quería el Celta y ellos cortaron mi progresión. No guardo rencor ni deseo mal a nadie. Mucho menos al equipo, que es el mío. Siempre fui claro y eso jodía", terminó.