La Segunda División es una competición irregular en la que, de una jornada a otra, puede pasar de todo, pero es curioso el caso de Las Palmas, que parece un equipo diferente el que juega en la Isla de Gran Canaria para con el que juega en la Península Ibérica.
El conjunto entrenado por Pepe Mel lleva toda la temporada demostrando ser el rival más duro en casa, lo que le llevó a conseguir 26 puntos de 29 que se han jugado en el Estadio de Gran Canaria. Difieren sin duda con los datos como visitante, ya que Las Palmas tan solo ganó un partido de los nueve que jugó.
El dominio del club canario tanto fuera como dentro de casa se evidencia en que es el equipo con más posesión de Segunda División (media de 56,9%) y siendo el que más tira a puerta (5.1 tiros por partido). El principal problema es que los atacantes no están teniendo fortuna de cara al gol y tienen una estadística de 0.11 goles por tiro.
Tras la derrota por 4-1 ante el Leganés, las sensaciones fueron muy distintas a las vividas en La Rosaleda. "Las formas son importantes, nos fuimos de Málaga con la sensación de que debíamos ganar tres puntos. Hemos encajado goles. No hemos estado en nada, ni en ataque ni en defensa", confesó Pepe Mel.
Antes del partido en Butarque, el técnico madrileño ya avisó que debían corregir ciertos aspectos en defensa y tener más suerte en ataque, y es que el conjunto canario tiene números muy malos respecto al gol fuera de casa, con siete tantos a favor y 14 en contra.