No hace mucho tiempo se podía leer que el Real Madrid ya tenía más de media Liga en el bolsillo. Quizás no se tratase de ninguna locura en aquellas noticias, ya que la distancia con sus principales perseguidores comenzó a ser un tanto considerable.
Los blancos jugaban a las mil maravillas y prácticamente no parecían tener rival sobre un terreno de juego. Pero en el fútbol como en la vida, los baches llegan solos. No obstante, puede que la palabra más adecuada para describir al conjunto de Carlo Ancelotti sea desconexión.
El 2022 no comenzó de la mejor manera posible con una derrota ante el Getafe, aunque rápidamente todo se olvidó con la victoria en la Supercopa de España. El Madrid dio un recital y acabó siendo el justo vencedor de dicha competición con sus respectivos triunfos ante el Barcelona y el Athletic Club.
Pero en Copa del Rey se volvieron a revivir esos fantasmas del pasado. Esos pinchazos allá por el mes de septiembre y octubre ante el Sheriff en Champions y frente al Espanyol en Liga. En el torneo del 'k.o.' nacional, los de la capital salieron airosos tras remontar el resultado en la prórroga ante un combativo Elche.
Pero apenas tres días más tarde, los ilicitanos a punto estuvieron de dar la machada. Y muy poco faltó, ya que el Madrid salvó un punto en el minuto 92 gracias a Militao. Sin embargo, los de Ancelotti supieron decir 'aquí estoy yo' y tiraron del orgullo del campeón.
Una nueva desconexión que hizo saltar todas las alarmas en la 'Casa Blanca', no por el hecho de verse acechados por sus rivales, sino por recordar al vestuario que el camino al título es muy largo y queda mucho aún por recorrer.
Afortunadamente, para los intereses 'merengues', el Sevilla tampoco sumó los tres puntos y todo siguió igual. Lejos quedan Atlético o Barcelona, que aunque ganaron sus encuentros, se distancian aún del equipo del Santiago Bernabéu.
Que el Real Madrid va lanzado hacia su trigesimoquinta quinta corona nacional es una realidad. Que es enero y la competición da muchas vueltas, otra.