En no pocas ocasiones una roja se ha convertido en cinco partidos de sanción. Cinco partidos le cayeron a Javi Navarro, por su infame codazo a Arango. La escena del jugador venezolano, en parada cardiorrespiratoria por el golpe, sacudió al fútbol español.
También se llevaron cinco partidos Diogo y Luis Fabiano por su lamentable (y hasta cómica) pelea durante un Zaragoza-Sevilla. Pero en ocasiones, castigo se ha visto agravado por las circunstacias que rodean a la roja.
Que se lo digan a Cristiano Ronaldo, quien tuvo que cumplir cinco partidos de sanción por empujar al colegiado tras ver la segunda amarilla en un 'Clásico'.
Más duro fue el castigo de Glaría, Arezno, Claudio López y Pier. Se llevaron una sanción de seis encuentros por diversos motivos. Glaría, por insultar al árbitro, en 1964. Como vemos, lo de Costa no es nuevo. Y además, Glaría militaba de aquellas en el Atleti.
Arezno, el 'Piojo' López y Pier, por sus respectivas agresiones a rivales. Infame fue la de Arezno, quien propinó un codazo a Jankauskas, en un Real Sociedad-Racing, sancionado como falta del 'txuri urdin'. Competición entró de oficio.
Acuña y Lainez fueron sancionados con siete encuentros por sus peleas al término de un Villarreal-Zaragoza. Respondieron a la invasión de campo de los hinchas locales tratando de agredirles.
Morena se llevó también ocho partidos de sanción, como Diego Costa. Y, además, por la misma razón. Durante un Valencia-Atleti, el futbolista 'che' insultó al árbitro y la justicia actuó de forma ejemplar con él.
Y llegamos a las sanciones más duras. Las de dos cifras. Pepe, Goikoetxea, Diarte e Igartua se llevaron diez partidos de sanción. Todas ellas, por agresiones. Faltas salvajes que forman parte del imaginario popular del fútbol español.
Once partidos se llevó el 'Mono' Burgos, cuando era portero del Mallorca, tras dejar 'k.o.' a Serrano, del Espanyol, de un puñetazo. Doce le cayeron a Ceballos por intentar agredir al árbitro Prados García.
Y decimo "intentar agredir" con razón: Ceballos no tocó al colegiado, quien fingió vergonzosamente haber sufrido un cabezazo. Prados García fue, por cierto, el mismo que pitó falta del Jankauskas a Arezno. Una joya con silbato.
Más dura, si cabe, fue la sanción a Maradona, Clos, Migueli, Sarabia,Goiko y De Andrés por la brutal pelea multitudinaria tras la final de Copa entre Barcelona y Athletic Club que ganaron los vascos en 1984. Tres jugadores de cada equipo recibieron una sanción de tres meses apartados de la competición. Maradona se fue ese verano al Nápoles.
Quince partidos le cayeron a Fernández, del Granada, por reventar la pierna de Amancio con una de las entradas más salvajes que se recuerdan. Le entró con los tacos por delante, directo al muslo, y le rompió en dos el cuádriceps.
Peor aún fue la sanción que le cayó a Hristo Stoichkov. Al díscolo futbolista búlgaro le saltó el relé durante la Supercopa de España de 1990 ante el Real Madrid. En un arrebato de ira pegó un pisotón al árbitro, Urizar Azpitarte. Fue sancionado por seis meses.
Y así llegamos a la peor sanción de la historia del fútbol español, hasta la fecha. Fueron los 24 partidos que le impusieron a Cortizo, del Zaragoza, en 1964. Realizó una criminal entrada a Collar, jugador entonces del Atlético, y le partió la tibia.