El Málaga sigue con vida, con poca, pero demostró tener ganas de luchar por sobrevivir. Con más corazón que cabeza, con más ganas que aptitud, el cuadro malaguista sacó un punto ante el Sporting.
La Rosaleda siempre cumple, da igual la difícil situación por la que pasa el club. Respondió en lo que tenía que ser un día grande que finalmente no fue así.
Le cuesta horrores al Málaga generar. Tuvo que tirar de ímpetu, de orgullo propio, para al menos volcarse al área de Mariño, quien erró en la acción del gol de Juande.
El nerviosismo del Málaga se hizo patente con las primeras acometidas del Sporting. Los errores de las últimas jornadas, puntuales, hicieron temblar las piernas y el corazón de más de uno.
Llegó de esta forma el gol de Cristo. Mientras Ais Reig llenaba de tarjetas la buchaca del Málaga, Pol Valentín se recorrió toda la banda diestra y encontró totalmente solo a Cristo para provocar los primeros pitos de la tarde.
Inoperante el Málaga, no encontró el camino a través del juego. Ni siquiera cuando Mel metió a Febas, retrasó a N'Diaye y quitó a Escassi. Sí tuvo algo más de critero con Ramón, pero ahí pesó más el corazón que la cabeza.
Acabó Mel con tres '9' en el campo, con la ilusión de Cristian, la nota más positiva, y acabó por volcar todo el juego hasta que Juande, en el error de Mariño, repartió justicia.