El jugador, pese a ser musulmán y asegurar que siempre ha rechazado al alcohol por motivos religiosos, superó en gran medida el límite de alcohol con el que se puede conducir al volante en Inglaterra.
Touré aceptó los cargos ante la justicia y no recurrirá a la sanción, según aseguró en un comunicado web el propio jugador, por lo que no podrá ponerse al volante en un mínimo de 18 meses.
Además, en el escrito que publicó, el jugador trató de pedir perdón a la afición y a los ciudadanos ingleses, eso sí, lo hizo poniendo una excusa bastante barata: "Mi consumo de alcohol no fue intencionado".