La efectividad 'pepinera' entierra las aspiraciones de la Ponferradina

La Ponferradina perdió la oportunidad de clasificarse para el 'play off' de ascenso de la forma más dura posible: en casa, contra un Leganés que no se jugaba nada y mereciendo más. El cuadro de Jon Pérez Bolo pagó muy caro dos goles de Borja Garcés en los primeros 16 minutos de partido y se despidió del sueño.

Sueño que se convirtió en pesadilla a los seis minutos de juego, cuando Borja Garcés sorprendió a la zaga local. Copete y Pascanu no se entendieron para cortar un balón y el cuero le cayó a Garcés, quien remató con tranquilidad, por bajo y cerca del poste derecho para adelantar a su equipo.

La baja concentración de la defensa fue importante y se vería agravada al final del partido. No obstante, el conjunto de Pérez Bolo no bajó los brazos y buscó el empate mediante varios centros laterales al área.

Sin embargo, lo peor aún estaba por llegar para la Ponfe y a los diez minutos del primer gol llegó el segundo mazazo. Borja Garcés volvió a entrar en escena y se puso la capa y el sombrero para hacer magia.  Al futbolista le llegó el balón en el área y, tras regatear al guardameta con mucha calidad, puso el segundo en el marcador.

En el 36' se abrió un halo de esperanza por un posible penalti de Shibashaki por mano en el área, pero el árbitro dictaminó que no hubo nada tras consultarlo en el VAR.

Seis minutos más tarde, Dani Ojeda la puso desde la derecha y Naranjo llegó desde segundo palo para rematar el balón en la cabeza. El esférico botó contra el césped y salió fuera. Fue una ocasión clarísima.

El marcador no se movió en la primera parte y la Ponfe enfilaba su camino hacia vestuarios con un duro 0-2 que les ponía el partido muy cuesta arriba.

A pesar de la dificultad de la contienda, la Ponfe tiró de orgullo y fútbol e intentó por todos los medios recortar distancias. Sin embargo, se encontró a un Riesgo que fue un muro.

El partido de Asier Riesgo fue de escándalo y es que las paraba hasta con la cara. Naranjo remató con potencia en el 64' y el meta fue con todo y la sacó con el rostro. La acción le dejó tocado y se tuvo que ver sustituido por Dani Jiménez.

En la recta final, Naim García firmó la sentencia tras comerle la tostada a Copete y quedar solo ante el portero. El joven futbolista de 19 años mostró sangre fría y fusiló a Amir.

Al término del partido, la afición local quiso arropar a su equipo y dio todo un ejemplo de deportividad pese al resultado. Por su parte, el Leganés demostró profesionalidad y acabó con el sueño de una Ponferradina que tendrá que esperar un año más para soñar con jugar en Primera División.