El inicio de partido entre Huracán y Cruzeiro estuvo marcado por unas fuertes lluvias. Las gradas, usualmente repletas, dejaron una imagen poco común y el césped se inundó complicando la circulación del balón.
Así las cosas, el partido se convirtió más en una práctica de supervivencia entre charcos que en un partido de Copa Libertadores. Durante ese difícil periodo en el que el campo estaba en peores condiciones, 'La Bestia' consiguió adelantarse y abrió tierra de por medio en el marcador.
Cuando el agua dejó de caer al filo del descanso, la anécdota corrió de cargo del encargado del riego. Sin conocer aún el motivo, los aspersores del campo saltaron y pararon el juego durante un par de minutos.
7 de marzo de 2019