Si ya es poco habitual ver un error grosero de un portero en el fútbol profesional, que cometa dos en apenas 20 minutos de juego es casi impensable. Decimos casi porque en Brasil se pudo ver este miércoles.
Caique, pasada la media hora de juego, regaló el 1-0 tras, con todo a favor para hacerse con el esférico, regalar el tanto a Bruninho al dejar muerto el balón en el área. Parecía una mala noche para él, pero aún faltaba la guinda.
Quizá menos estrepitosa que la primera, la segunda cantada de la jornada llegó en circunstancias muy similares. En el 55', un envío al área al que Caique parecía llegar antes tuvo el mismo final. De nuevo la pelota acabó en la red, aunque aquí, al menos, la oposición de Maracás puede disculpar, en parte, el error del meta.