Aquel triunfo permitió al conjunto de Ancelotti volver a conseguir el liderato de la Bundesliga el pasado mes, por lo que Rummenigge decidió premiarles.
"Ahora la cuestión es conseguir un camión con salchichas blancas y cervezas de Múnich, para que puedan brindar con nosotros a la distancia", dijo el jefe de la junta directiva del Bayern cuando el colista ganó 0-1 al Leipzig.
Y una promesa es una promesa. Un mes y medio más tarde, el propio Rummenige cumplió y llevó en persona a los integrantes del equipo y al 'staff' del club a sus oficinas, a 80 kilómetros de Múnich, las salchichas y los pretzels.
En el encuentro también estuvieron Maik Wapurgis, entrenador del Ingolstadt, y Michael Henke, su asistente.