En la vida, como en el fútbol, todo puede cambiar en cuestión de segundos. Al Liverpool le pasó este sábado en Anfield para bien. Y al Chelsea, por ende, para muy mal.
Todo sucedió en el añadido de la primera parte. Tres minutos agregó el árbitro y pocos se imaginaban lo que se venía en el templo 'red'. Los 'blues' ganaban 0-1 con el gol de Havertz, pero la sonrisa se le perdió antes del descanso.
Un balón al área acabó en un remate al larguero de Matip tras una indecisión conjunta de Mendy y Marcos Alonso. El rechace fue al área pequeña, en boca de gol, donde Diogo Jota esperaba con la caña para remachar.
Su remate rozó en un rival y se fue hacia portería, donde James salvó el tanto sobre la misma línea. Pero el lateral lo hizo con el brazo una vez que la bola le golpeó en el muslo. Las protestas fueron claras y numerosas y el colegiado tuvo que ir al VAR.
Pocos segundos pasó en el monitor el árbitro. Vio la acción y expulsó a James con roja directa para pitar un penalti que transformó Salah para hacer subir el 1-1 al luminoso.
August 28, 2021