Es el gran dilema del portero. ¿Qué hacer cuando la falta es centrada y te la puede tirar un diestro o un zurdo? El portero se la juega al 50% eligiendo un lado para su barrera y tapando él el otro.
Barovero lo resolvió de una forma salomónica: no eligió lado. Se quedó en medio y partió la barrera. Cuatro jugadores tapando la derecha y otros cuatro, la izquierda. El centro, libre, pero América lo tapó con tres jugadores propios, para estorbar la visión del arquero argentino, un metro por delante de los 'rayados'.
A priori puede parecer una solución inteligente, para no depender de acertar el lanzador. Barovero está un paso más cerca de las dos escuadras y, a priori, debería ser más sencillo para él atajar el disparo.
Pero la lógica nos dice que si esto no está extendido, por algo será. Barovero comprometió a ocho jugadores en la labor de hacer de barrera, en vez de los cuatro o cinco habituales.
Y, además, viendo que ni se movió ante el disparo de Aguilera, el cual, por cierto, se fue lamiendo la escuadra, no parece que hubiera podido hacer nada para detenerlo de haber ido a puerta.
El experimento funcionó, pero por demérito del lanzador. Estaremos atentos por si Barovero, u otro portero, repite, y si de verdad funciona, porque por el momento le vemos más contras que pros a esta nueva barrera.
21 de julio de 2019