Tras la ceremonia, mientras los jugadores y el cuerpo arbitral esperaban para saltar al terreno de juego, Jimmy Jump, catalán famoso por irrumpir en eventos deportivos como un espontáneo, saltó al Soccer City de Johannesburgo para tratar de tocar la Copa del Mundo que presidía el evento.
Por fortuna, resbaló y no consiguió su objetivo, aunque la situación provocó las risas de Sergio Ramos y Giovanni van Bronckshorst, que luego tuvieron que improvisar un pasillo para que los cuerpos de seguridad pudieran llevarse al individuo del terreno de juego para dar comienzo a la final.
Huyendo del escepticismo, solo dos futbolistas tuvieron el valor -o la ocurrencia- de mirar fíjamente a la cámara que protocolariamente enfoca a los futbolistas durante la ceremonia de los himnos previa al partido. Wesley Sneijder y Joan Capdevila no temieron la situación.
Apenas se habían cumplido los primeros minutos de juego, cuando Sergio Busquets perdió la orientación en el campo y erró en la combinación en un momento dramático. El fallo del catalán dejó expuesta a la defensa de la Selección Española, que se libró porque Dirk Kuyt se precipitó y disparó sin barajar mejores opciones.
Poco antes del cuarto de hora, David Villa dispuso de una de las mejores ocasiones para abrir el marcador. Gran parte del Soccer City de Johannesburgo cantó incluso gol, cuando el asturiano empalmó un centro medido de Xavi Hernández que acabó estrellándose en el lateral de la red de Maarten Stekelenburg.
Aunque nadie olvida el deplorable patadón en el pecho de Nigel de Jong a Xabi Alonso, todos hemos olvidado la reacción del tolosarra. Nada más reincorporarse al juego, el centrocampista vasco aparcó la violencia que acaba de sufrir para templar sus nervios en la presión holandesa con un taconazo excelso.
Sin embargo, por desgracia, la falta de 'Fair Play' del rival de 'la Roja' duró todo el partido. Un encontronazo engre Iker Casillas y Carles Puyol, acabó con el central dolorido y el guardameta echando el balón fuera del campo por la medular para que su compañero fuese atendido.
La respuesta de John Heitinga sembró el pánico en Johannesburgo, al ver cómo la devolución del defensa holandés casi se cuela en la portería española. El guardameta del Real Madrid tuvo que emplearse a fondo para recuperar la posición y despejar a córner un balón que esperaba manso con deportividad.
Entretanto, Joris Mathijsen dispuso de dos ocasiones muy claras para cambiar la historia de la final. El central, primero con el pie, y, luego con la cabeza, no supo materializar las oportunidades manifiestas de gol de las que dispuso en dos errores groseros en la marca de la Selección Española.
Pese a que el mano a mano de Arjen Robben e Iker Casillas es una de las grandes postales de la historia de los mundiales, hay detalles que tienden a quedar enterrados por la iconicidad de la imagen del pie del guardameta. Si bien es cierto que todos reparan en el error en la marca de Gerard Piqué, olvidamos que el catalán estaba reingresando en el terreno de juego tras un fuerte golpe en la cabeza que le obligó a parar para ser atendido.
Presos de esta memoria selectiva, con la que enaltecemos a nuestros héroes y forjamos sus leyendas sin atender a todos los fracasos del pasado, hemos olvidado que Sergio Ramos, representante de los goles antológicos, dispuso de una ocasión de oro para abrir el marcador en el minuto 76, pero el cabezazo que entró en la 'Décima' se fue por encima del larguero en Sudáfrica.
No obstante, el detalle que menos recuerda la afición española fue, quizá, el más trascendente en la historia del fútbol de su país. Wesley Sneijder ejecutó una falta, golpeó en Cesc Fàbregas y se fue por la línea de fondo. Incomprensiblemente, Howard Webb decretó saque de puerta.
La jugada podría haber sido un error más, sin aparente incidencia en el partido. Sin embargo, esa fue la última vez que el balón salió del terreno de juego antes de que Andrés Iniesta bordase la primera -y única- estrella que la Selección Española tiene sobre su escudo.