Helenio Herrera
Entrenador argentino que alcanzó la gloria en los años 60 al frente de un Inter de Milán que parecía imbatible. De él se dice que nació el 'catenaccio', el estilo ultradefensivo que caracterizó al fútbol italiano hasta casi nuestros días. Siempre polémico, suya es la frase 'se juega mejor con 10 que con 11', o la menos mítica 'ganaremos sin bajar del autocar'.
Carlos Bilardo
Si hablamos de entrenadores viscerales, el 'Doctor' Bilardo no puede faltar. Campeón del Mundo en México 1986 y subcampeón en el '90 con la 'Albiceleste', en España le recordamos sobre todo por su 'pisalo, pisalo', en un Deportivo-Sevilla. Maradona había hecho una brecha por error a un rival y montó en cólera cuando su 'fisio' saltó a atenderle. 'Qué carajo me importa a mí el otro, pisalo, pisalo', le espetó cuando volvió al banquillo.
Luis Aragonés
No ha tenido pocas polémicas 'el Sabio de Hortaleza' tampoco. Siempre se le ha acusado de racismo, a raíz de varios incidentes, con Eto'o cuando entrenaba al Mallorca, o una charla motivacional que dio a Reyes instándole, con unas palabras poco acertadas, a convencer a Wenger de que él era mejor que Henry.
Javier Clemente
El técnico vasco no sabe lo que es morderse la lengua. Ni callarse. Si siente que debe dar su opinión, o que la de otro es errónea, lo dirá sin tapujos. Javier Clemente es especialmente famoso por sus 'enganchones' con la prensa deportiva española. Máximo exponente del 'catenaccio' a la española, el famoso 'patapún y parriba'. Cinco atrás y balones a Salinas. Y eso casi dio un Mundial a España...
John Benjamin Toshack
El galés fue un exitoso futbolista antes de saltar a los banquillos. Un excepcional paso por la Real Sociedad (ganó una Copa del Rey) le abrió las puertas del Real Madrid. Ganó la Liga ese año, pero fue cesado al poco de comenzar la siguiente. Volvió diez años después, y como segundas partes nunca fueron buenas, su boca le pasó factura. Soltó su famoso 'será más fácil ver a un cerdo volar por encima del Bernabéu que yo rectifique'. Y fue cesado a los pocos días.
Marcelo Bielsa
Si el llaman 'el Loco', por algo es. Extravagante como pocos, en Bilbao le recuerdan por esos paseos en solitario antes y después de los partidos en San Mamés. Porque Marcelo Bielsa es así. ¿Que la directiva del Marsella no cumple lo prometido? Pues portazo sin previo aviso porque sí. Porque Marcelo Bielsa es... especial.
Sir Alex Ferguson
Leyenda viva del Manchester United, su laureado palmarés no nos permite olvidar que ha sido un técnico polémico como pocos en la Premier. Se las tuvo tiesas con Mourinho y Rafa Benítez, entre otros. También tenía pólvora para los jugadores que lo le 'bailaban el agua'. 'Fergie' es un genio, y como todos los genios, tiene su punto de locura y trastorno.
Louis Van Gaal
Otro espectáculo, en la banda y en la sala de prensa. Su 'lifreta' fue archifamosa en España, y la edad no suavizó su carácter. ¿Cómo olvidar su 'caidita' ante el cuarto árbitro cuando reclamaba una falta?
Jorge Sampaoli
Los entrenadores argentinos tienen algo especial, está claro. Viven el fútbol de una forma muy intensa, y Sampaoli no iba a ser menos. Su última polémica sonada fue su salida de la Selección Chilena, con denuncias cruzadas y deudas de dinero. Otro de los que si siente que tiene que decir algo, lo dirá pese a quien pese. Y, bueno, esas pintas que trajo cuando firmó su contrato con el Sevilla son para estudiarlas. Y no menos surrealista fue lo de no reconocer a Monchi.
Paolo di Canio
Italiano y con una ideología clara y definida. Fue polémico como jugador, no iba a serlo en los banquillos. Eso de saludar a la grada con el saludo fascista no es fácil de olvidar. De hecho, sus tatuajes de juventud le han costado su último empleo, pero a Paolo parece importarle poco.
Jürgen Klopp
El entrenador alemán, ahora en el Liverpool, pertenece a la escuela del técnico grotesco, que no para en la banda, que gesticula, que da espectáculo y que, además, caldea los partidos en la sala de prensa. Y si hay que celebrar un gol en la cara del banquillo rival, se celebra. Su forma de ser va a dar color en la premier, porque ha coincidido con su 'archienemigo' de la Bundesliga, Pep Guardiola, y con el siempre polémico José Mourinho.
David Vidal
Un trotamundos del fútbol humilde español que entra en esta lista por su 'piquito de oro'. Iba para pescador pero el Deportivo de La Coruña cambió su destino. Entre sus múltiples anécdotas, se recuerda especialmente la vez que mandó callar a un periodista al grito de 'aquí sólo yo alzo la voz'. Eso sí, un tipo íntegro, de principios. 'No soy de ningún equipo, ni de España ni de Europa, sólo del que me paga'. La honestidad, por delante.
Diego Pablo Simeone
Al 'Cholo' se le recuerda por su dureza como jugador, y ese espíritu ha pervivido en el 'Cholo' entrenador. El 'cholismo', vamos. Intensidad, lo llaman otros. Juego duro, para entendernos. Como buen argentino, vive el fútbol con intensidad y da espectáculo en la banda. Levanta al Calderón a su voluntad y la polémica le persigue cada vez que abre la boca en rueda de prensa. Se le acusa de falsa modestia, de denunciar conspiraciones a favor de los rivales... Esas cosas, ya me entienden.
Pep Guardiola
El de Santpedor empezó siendo un entrenador discreto. Su éxito arrollador al frente del Barça trató de ser contrarrestado por el Madrid con Mourinho, su némesis del Inter, y la experiencia cambió a Pep. Perdió pelo, le salieron canas y se le agrió el carácter. Y empezó a dar más que hablar en rueda de prensa que sobre el campo. Sus 'guardioladas' son parte de la historia del fútbol. Al principio se le notaba que no sabía cómo polemizar, pero ha aprendido con el tiempo. Y es que ha tenido al mejor para ello muy cerca...
José Mourinho
No podía faltar el rey de reyes en lo que a polémica se refiere. Mourinho empieza a ganar los partidos desde la rueda de prensa previa, y si las cosas no salen a su gusto, ya se encarga de retorcer la realidad para que se ajuste a la suya. Su cinismo es difícil de asimilar, como si el personaje le hubiera devorado. Se hace llamar 'the Special One', y sí, especial es. Un filón para la prensa y un tormento para todo jugador de su plantilla que no pase por el aro. Y, bueno, para el equipo que le contrate al cabo de una media de tres años. Es así, matemático.