Las cribas de 23 jugadores en toda selección grande siempre genera debate y dudas. En el caso de Deschamps, se puede discutir de gustos y necesidades. Pero el brutal aval del gol con este póker de jugadores no admitía ser cuestionado.
Estaba cantado que Karim Benzema no iría más con Francia por esos problemas extradeportivos que le llevaron a estar fuera de la rueda. Pese a ello, ahí queda su aportación de once tantos y diez asistencias con el Madrid, amén de esos intangilbes que le hacen siempre titular para Zidane.
Respecto a Ribery, descarte técnico en un ataque donde Deschamps hizo pesar la rapidez, se negó a tirar de su experiencia y de su protagonismo en un Bayern de Múnich que ha estado cerca del triplete. En total, seis goles firmó el extremo y repartió cinco asistencias.
Kevin Gameiro, como le pasa en el Atlético de Madrid, es un buen delantero que nunca es indiscutible. Pese a esa falta de continuidad en el protagonismo, suma esta temporada once dianas y cuatro asistencias.
No obstante, la mayor faena para Deschamps es la lesión de Dimitri Payet en la final de la Europa League. Porque su año estaba siendo colosal. Más allá de sus diez tantos, había repartido la friolera de 21 asistencias entre los 48 encuentros oficiales que había disputado.
Va bien armada la selección gala para el Mundial, pero en casa se queda bastante dinamita.