Desde el viernes 29 de junio hasta el sábado 7 de julio, Delph ha vivido un sueño. El centrocampista del Manchester City y la Selección Inglesa terminó la semana viajando a Gran Bretaña para acompañar a su mujer en uno de los momentos más especiales de su vida.
Aterrizó el viernes en Inglaterra mientras su selección estaba concentrada para el partido de cuartos, pero fue el miércoles cuando su esposa trajo al mundo a su tercer hijo. Lo hizo el mismo día en el que sus compañeros pudieron dedicarle el pase a cuartos de final ante Colombia.
Justo el día siguiente, voló de regreso a Rusia tras haber conocido a su hijo y con la alegría de seguir vivo en el Mundial. El sábado, ocho días después de dejar Rusia para volar a Inglaterra, se sentó en el banquillo frente a Suecia.
Saltó al terreno de juego cuando quedaban unos 15 minutos para el final y su Selección ganaba con soltura ante los suecos y pudo contribuir a que el marcador no se moviera, cerrando su octavo día con la clasificación histórica a semifinales.