Robinho se ha convertido en el principal protagonista en Brasil durante los últimos días. A sus 36 años, firmó por el club de sus amores, Santos, con un contrato de cinco meses con el que cobrará 229 euros por cada mensualidad.
Mientras tanto, su vida extradeportiva sigue dando que hablar. Esa condena de 2017 a nueve años de prisión por una supuesta violación en grupo mientras todavía jugaba en el Milan pesa en Italia en 2013.
Sin embargo, la legislación brasileña no permite que sus ciudadanos puedan ser extraditados, de ahí, cuentan medios del país, que haya decidido volver a Santos.
"Robinho es un hombre libre. Por ello, nunca fue sometido a restricción alguna de su libertad personal, como medida cautelar por parte de las autoridades judiciales, ya que no había peligro ninguno de fuga", dice la carta que mandaron los letrados del futbolista, según refleja 'AS'.