Después de los incidentes en la previa del River Plate-Boca Juniors que impidieron que se disputara el duelo, la CONMEBOL optó por una solución radical.
La institución de futbol sudamericano decidió celebrar el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores en Madrid, en el Santiago Bernabéu, el próximo 9 de diciembre a las 20.30 horas.
Una decisión a la que se opuso abiertamente River aludiendo a la responsabilidad del operativo de seguridad en el coliseo 'merengue', al derecho de los aficionados a presenciar el duelo 'in situ' y a la incomprensión de que "el 'Clásico' más importante del fútbol argentino no pueda desarrollarse con normalidad en el mismo país de sus equipos".
El equipo sigue insistiendo en que el encuentro se dispute en El Monumental y consideró que los incidentes violentos no fueron responsabilidad suya, pues tuvieron lugar fuera de su estadio.
Ahora, cientos de aficionados del 'Millonario' se congregaron en las puertas del estadio de Núñez para pedir que la superfinal de la Libertadores se juegue en Argentina y no en España.
1 de diciembre de 2018