Tras más de una década vistiendo los colores del Bayern de Múnich, David Alaba afronta sus últimos meses con los bávaros. En verano será agente libre y el Real Madrid puja por su fichaje.
A sus 28 años, el austriaco entra en el momento clave de su madurez como futbolista. Arrancó como lateral izquierdo, se asentó en los últimos años como central en una defensa de dos o de tres y tiene un golpeo lejano en movimiento y a balón parado envidiable.
Le conocemos bien dentro del campo, pero fuera de él esconde muchas curiosidades. 'Marca' elabora este lunes un curioso perfil de Alaba, cuyo orígenes no se rodean tanto de un balón como de un instrumento musical.
Nacido en Viena el 14 de junio de 1992, el defensa tenía claro que lo suyo era el fútbol, pero no escapó a la influencia de la familia. Su padre, su madre y su hermana son músicos y él se formó en piano y guitarra durante su juventud.
Curiosamente y pese a la vocación por la música de su padre, su pasado también es de lo más llamativo. Y es que George, progenitor de Alaba de origen nigeriano, ingresó en el Ejército y se convirtió en el primer militar de raza negra en el país.
George Alaba viajó a Viena para estudiar Economía inicialmente, pero tras su paso por el Ejército sí que se dio a la música. Allí conoció a Gina, nacida en Filipinas y madre de David. Trabajó como enfermera y participaba en concursos de belleza.
El defensa aterrizó en el Bayern de Múnich en 2008. Entonces tuvo que tragarse sus propios sentimientos, porque cuentan que cuando estaba en el Austria Wien odiaba a los bávaros precisamente por eso, por sus constantes incursiones en Austria para llevarse el producto nacional a su cantera.
Al final, David Alaba acabó haciendo carrera en el Bayern. Poco después de debutar pasó medio año cedido en el Hoffenheim, y a partir de ahí se fue convirtiendo en joven líder. Ahora, a los 28 años, acumula más de 400 partidos con el primer equipo y enfila sus últimos meses con esta camiseta.