Se habían forjado grandes expectativas en Stamford Bridge. El curso anterior, pese a la prohibición de fichar, Frank Lampard armó un bloque muy competitivo que alcanzó la clasificación para la Champions y lanzó a nuevos jóvenes como valores en torno a los que construir el futuro; James, Mount, Abraham. El gran desembolso de este verano dio pie a soñar, más aún el gran arranque. Pero el equipo se ha gripado. Son días difíciles por el club rico de Fulham.
De hecho, Lampard está contra las cuerdas. Los números han ido empobreciéndose hasta el punto de que ahora mismo el Chelsea ocupa una mísera décima posición. Europa queda a seis puntos, aunque los 'blues' manejan un partido más, e incluso el Aston Villa, que le iguala a 26 puntos, dispone de dos menos.
El equipo londinense justo ha completado 28 encuentros oficiales entre Premier, Champions, FA Cup y EFL Cup. En los primeros 14, el surco fue de 8 triunfos, 5 empates y solo una derrota. Además, con una altísima media de goles a favor, 36, y solo 11 en contra.
Todo emperó en los 14 siguientes, que dejaron una estadística de 6 victorias, 3 empates y 5 derrotas. La producción de goles a favor bajó a 22 y la de goles recibidos subió a 15.
Tras la última derrota en campo del Leicester, un partido que era vital para reengancharse a las primeras posiciones, el foco señala al entrenador, pero lo cierto es que algunas de las apuestas estrella de este curso, como Werner o Havertz, no terminan de adaptarse. Además, Lampard explotó públicamente asegurando que la actitud de sus jugadores no es la mejor.