20 minutos, contando el añadido, tuvo Vinicius para demostrar al madridismo y al fútbol que está para más cosas que para el filial del Madrid. Necesita tiempo, no cabe duda de que debe crecer, pero tampoco puede esconderse que el chico tiene condiciones y talento para tener su cuota de importancia en lo que resta de temporada.
18 años le contemplan, acaba de llegar al fútbol español, pero parece que la camiseta y la situación por la que pasa el Madrid no le pesa. Salió ante el Valladolid con su equipo a punto de un nuevo desplome, y fue él el que cocinó la jugada del primer gol. Un tanto que parecía de Kiko Olivas en propia puerta pero que el colegiado le proporcionó al brasileño en el acta.
No se escondió, encaró cada vez que pudo como le pidió Solari y colaboró para que el Madrid volviera a sonreír en Liga varios partidos después. Sus datos, en este caso, hablan de una actuación casi perfecta. Tocó el balón once veces, intentó once pases y no falló en ninguno de ellos. Con todo en contra del Madrid, Vinicius puso temperamento.
Además, Vinicius recuperó un balón y perdió otro; su único lunar en 20 minutos que ilusionan a la afición. Solari le conoce perfectamente, le ha mimado en el Castilla y ahora pretende que sea importante también en el primer equipo. Tiene competencia, no cabe duda, pero el brasileño está dispuesto a echar la puerta abajo.