El Mundial de Estados Unidos de 1994 será por siempre recordado como el último que jugó Diego Armando Maradona. La participación del '10' en la Copa del Mundo terminó de forma abrupta en la segunda jornada de la fase de grupos, cuando Argentina remontó para imponerse a Nigeria, asistencia de 'El Pelusa' a Claudio Caniggia incluida (2-1).
Tras el encuentro, disputado en Boston el 25 de junio de aquel año, la leyenda argentina fue llevada de la mano por una enfermera al control antidoping. Pocos días después, la prueba arrojaría un positivo en efedrina, un estimulante que permite una mayor oxigenación y, por ende, una mayor resistencia. "Me cortaron las piernas", lamentó Maradona entre lágrimas.
Aquella sería la última vez que Diego Armando Maradona vestía la camiseta de Argentina, con la que levantó la Copa del Mundo de 1986 y logró el subcampeonato en 1990. Su positivo derivaría, además, en una sanción de 15 meses que le haría perderse buena parte de la temporada 1993-94 y la 1994-95 al completo. Cuando pudo volver, Boca Juniors estaba esperándole.
En La Bombonera, el '10' prolongó su carrera durante 71 partidos; hasta los 37 años. Sin embargo, no esperaría al final del curso 1997-98 para colgar las botas. Un día después de disputar la décima jornada del Apertura ante River Plate en El Monumental (1-2), encuentro en el que pasó prácticamente desapercibido, el Diego tomó la decisión más dura de su vida: "Se acabó jugar al fútbol".
La sombra del dopaje sobrevoló de nuevo al 'Pelusa'. En la prensa argentina se empezó a rumorear que había vuelto a dar positivo y aquello habría provocado, del disgusto, la muerte de su padre. Fue la gota que colmó el vaso para un hombre devorado por su propio mito, incapaz de escapar de su grandeza y, por tanto, de sí mismo. Diego Armando Maradona había tenido suficiente.
November 25, 2020