Lo necesitaba Philippe Coutinho. Estar lejos del rumor del Camp Nou le ha sentado bien al centrocampista brasileño, que en el Morumbí dio una clase magistral de juego en todos los sentidos.
Sin Neymar sobre el terreno de juego, el futbolista del Barcelona fue el encargado de mover el balón de lado a lado y permitir que la 'Canarinha' se llevase el partido inaugural de la Copa América.
Porque Coutinho no tuvo rival sobre el terreno de juego. Quizás tomó el mando porque nadie el presionaba para ello. Quizás aparecer desde el segundo plano sea cuando rinde mejor.
Arrancó cuando tenía hacerlo y se frenó también en el momento oportuno. Después de que Brasil no pudiese perforar la portería rival durante la primera parte, apareció él para romper el muro.
Tras anotar el primer gol desde los once metros, con revisión del VAR incluido. En el segundo vio bien cómo ve los espacios el futbolista del Barça y aprovechó los huecos que dejó Bolivia.
Apareció en carrera desde segunda línea para anotar de cabeza el segundo tanto de la noche. Ya con el 2-0 campeando en el luminoso, Coutinho se dedicó a controlar los tiempos del juego.
Y en estos casos, pocos son capaces de leer el partido como él. Volvió a demostrar que tiene galones, pero la que presión no va con él. En Brasil, donde hay menos focos sobre su figura, volvió a brillar con luz propia.
15 de junio de 2019