Dos hombres determinantes por enésima vez para el conjunto rojiblanco, que ha transformado su territorio en un fortín casi inabordable, en el que ha sido invencible en 39 de los 42 partidos ante su público hasta la fecha, sólo doblegado en tres ocasiones, por el Chelsea (1-2), el Sevilla (1-2) y el Espanyol (0-2), todas la pasada temporada y sólo una con ambos sobre el terreno de juego, la ocurrida ante el conjunto londinense el 27 de septiembre de 2017.
El Espanyol, el último que ha ganado en ese recinto, el pasado 6 de mayo, sufrió este sábado la combinación de cualidades entre Griezmann y Oblak. El esloveno frenó las ocasiones y, por extensión, las opciones del Espanyol de tomar ventaja, primero, y de igualarla, después, cuando el internacional francés aportó el 1-0 de penalti.
Seguramente, sin sus dos paradas en el primer tiempo, cuando el Espanyol era mejor, cuando voló a la preciosa vaselina que le propuso Borja Iglesias y cuando despejó la volea del brasileño Leo Baptistao, las dos con 0-0, no habría sido posible la undécima victoria en trece duelos como local de este curso del Atlético.
Su intervención fue indispensable, como lo ha sido en otros momentos de la actual temporada o como lo ha sido desde el estreno del presente estadio rojiblanco, cuando la exigencia del partido ha requerido sus apariciones decisivas, tan claves como los goles que han marcado sus compañeros. Sus paradas impulsan o retienen puntos.
Sus números, imponentes en cada escenario, lo son aún más en su propio y actual territorio. Al lado de su afición en el Metropolitano, Oblak ha jugado ya 37 partidos de competición, de los que mantuvo su portería a cero en 25 y de los que sólo perdió dos: los citados contra el Chelsea y frente al Espanyol.
Con él bajo palos, el Atlético ganó 26 encuentros -11 por el margen de un gol-, empató nueve y recibió 16 tantos, con una media de 0,43 por choque, concentrados en 12 partidos y repartidos en 10 rivales: Eibar (3), Chelsea (2), Barcelona (2), Espanyol (2), Athletic Club (2), Brujas (1), Villarreal (1), Qarabag (1), Real Sociedad (1) y Girona (1).
Sus otros veinte adversarios ahí han sido incapaces de doblegar al guardameta. No lo lograron ni el Málaga ni el Sevilla ni el Real Madrid ni el Roma ni el Alavés ni el Getafe ni Las Palmas ni el Valencia ni el Copenhague ni el Leganés ni el Celta ni el Sporting de Lisboa ni el Deportivo ni el Levante ni el Betis ni el Arsenal ni el Rayo ni el Mónaco ni el Borussia Dortmund ni el Huesca.
Sólo cinco de esos 16 goles en contra corresponden a esta temporada. No ha recibido ningún tanto en ocho de sus doce duelos en el Wanda Metropolitano, mientras el Atlético agrandaba una serie imponente, 22 victorias en sus 27 duelos mas recientes como local, con él como portero en 25 de ellos, 19 sin un solo gol en contra.
En el otro área, el futbolista más determinante en el nuevo estadio del Atlético es Antoine Griezmann. Autor del primer gol de la historia del campo, en el minuto 60 del 1-0 al Málaga del 16 de septiembre de 2017, ha marcado 22 tantos y ha dado nueve asistencias en sus 36 partidos de competición oficial en el recinto rojiblanco.
Nadie se acerca a sus registros como local desde la inauguración del estadio, escenario, por ejemplo, de nueve de las once dianas que acumula en este ejercicio, la última de penalti este sábado contra el Espanyol para el triunfo por 1-0.
No sólo por el gol desde los once metros, sino por su talento, su protagonismo y su liderazgo ofensivo, esa es la victoria más reciente que ha provocado el '7' atlético en el Wanda Metropolitano, en el que ha sido clave en once de los 30 triunfos de su equipo en ese estadio, además de un empate, bien porque fue el hombre que abrió el marcador o el goleador decisivo para el vencedor final.
En concreto en la Liga, sus tantos han impulsado o generado 25 puntos en ese campo entre la pasada y la actual temporada, además de las victorias en la Liga de Campeones frente al Brujas, este curso con un 3-1 del que marcó dos goles y dio una asistencia, y el Roma, hace un año en un 2-0 con él como goleador, primero, y pasador, después, o en la Liga Europa contra el Sporting de Lisboa, con uno de los dos goles en el Metropolitano que, una semana más tarde, fue indispensable para avanzar hacia la conquista del título en Lyon.