Los líderes independentistas del referéndum del 1 de octubre de 2017 intentaron a toda costa que el Barcelona tomara parte del proceso. Hay que recordar que el Barça-Las Palmas estuvo a punto de suspenderse y terminó celebrándose a puerta cerrada para evitar altercados tras las cargas policiales en la Ciudad Condal.
Según desveló 'El Mundo' este miércoles en una serie de reportajes de lo ocurrido, el movimiento independentista trató de convertir ese 1-O el Camp Nou en un gran centro electoral lleno de urnas.
Cuando las cosas empeoraron para los independentistas, una llamada de auxilio a la junta de Bartomeu solicitó que el Barça cediera la capilla del Camp Nou para que los líderes del movimiento se refugiaran ante una carga policial. "Las Fuerzas de Seguridad del Estado no podrán acceder a los templos religiosos", dijo 'El Mundo' que argumentaron.
En un primer momento, el Barcelona veía bien prestar el Camp Nou para el referéndum, pero la disputa del partido Barcelona-Las Palmas ese día complicó todo. Al parecer, Puigdemont llamó a Bartomeu tras las cargas policiales: "Supongo que no jugaréis".
El entonces presidente azulgrana tuvo presiones tanto de los independentistas como, según se apuntó en la citada fuente, desde el vestuario. En la reunión definitiva, Piqué, que fue uno de los más activos, guardó silencio. Jordi Sánchez, presidente de la ANC, llamó a Bartomeu para decirle que era un "antipatriota" por la decisión de que se disputara el Barcelona-Las Palmas sin público.