Harry Kane, Harry Kane. Su nombre resuena continuamente en los mentideros de Londres. Sin él el Ajax venció 0-1 en la ida. Pero sin él se obró también la gesta contra el Manchester City. Y el factor de la esperanza es que en el primero no estuvo Son; en el segundo, sí.
Y repetirá en el Johan Cruyff Arena. Para erigirse en la bandera a la que aferrarse para cumplir el sueño de dar la vuelta a la eliminatoria y disputar la gran final contra el Liverpool.
Son sigue creciendo. Ya destacó el año pasado, pero este ha dado un paso más. No en vano, pese a que la autoridad del gol es la de Kane, ahí está completando una tarjeta tremenda en la competición.
El surcoreano, sancionado en la ida, vuelve dispuesto a apretar el gatillo y a echarse la responsabilidad encima. Como en la eliminatoria de cuartos: anotó el único tanto de la ida e hizo un doblete en la vuelta para aplacar el milagro que estuvo a punto de completar el equipo de Guardiola.
También abrió la eliminatoria contra el Borussia Dortmund en octavos, por lo que no solo está marcando, sino que está haciendo goles en momentos importantes para imantar el resultado.
De él se espera que mantenga ese 'flow' en la vuelta de semifinales ahora que a su fútbol eléctrico le ha dado el empaque del gol, una suerte que siempre le había sido intermitente.
Cambio de ritmo, habilidad para aparecer por el centro y los costados, buen dominio de las dos piernas. El Ajax ya sufrió ante jugadores de ese corte, como Vinicius o Douglas Costa. En ese ahora o nunca, nada como darse un paseo por su catálogo de goles en Champions para que Pochettino se aferre a la esperanza.