Con la crisis del coronavirus lastrando la economía de todos los clubes del mundo, el mercado de invierno ha echado el cierre en las grandes ligas sin grandes fichajes o movimientos millonarios, aunque eso no quita que la jornada se haya vivido con tensión.
Son muchas las incorporaciones que se han cerrado en este último día del periodos de transferencias, aunque un puñado de ellas destaca por encima del resto por la entidad de los clubes o los futbolistas involucrados en las mismas.
Uno de los movimientos más sonados ha sido el que, de manera doble, ha implicado a Jean-Clair Todibo, futbolista propiedad del FC Barcelona. Primero, el cuadro catalán llegó a un acuerdo con el Benfica para finalizar el préstamo del galo en Lisboa.
De seguido, el equipo dirigido por Ronald Koeman volvió a ceder al zaguero, ex del Toulouse, al Niza, por lo que Todibo vuelve a una Ligue 1 en la que espera brillar como hizo hace poco más de dos años.
Por su lado, uno de los bombazos del día fue la llegada de Jesé Rodríguez a la UD Las Palmas. El ex de Real Madrid y PSG se encontraba sin equipo y en los últimos días colgó unos vídeos en sus redes sociales para tratar de encontrar club.
La oportunidad le ha llegado de nuevo a Jesé en la UD Las Palmas. El equipo canario se la ha jugado con su decisión, aunque la cúpula confía en que el atacante esté totalmente centrado en el fútbol.
Otro equipo que ha hecho una apuesta fuerte y sonada ha sido el Hertha Berlin, que se hace con los servicios de Sami Khedira. El alemán, que solo se ha comprometido por medio año, cobrará dos millones de euros de aqui al final de la campaña.
Los focos también apuntaron a Anfield este lunes, con el Liverpool acaparando la atención de manera inesperada tras lo dicho en los últimos días al conseguir reforzar su zaga con Ben Davies y Ozan Kabak, este último como cedido por parte de un Schalke 04 que se hizo con los servicios de otro de los pesos pesados de este mercado: Shkodran Mustafi.
A todos ellos se añaden nombres como los de Idrissi, Olaza o Zirkzee, que han tenido también su minuto de gloria en un cierre de mercado que, eso sí, se vivió con una tensión diferente y propia.