Barcelona-PSV e Inter de Milán-Tottenham fueron los partidos encargados de inaugurar el horario de la tarde. El Camp Nou recibió a 73.642 espectadores, 5.000 menos que en el primer partido del año pasado pero superior en promedio en la fase de grupos.
En el otro partido, el Giuseppe Meazza acogió a 64.123 espectadores, un 80,14% del aforo total del estadio. Tras seis años de ausencia, la afición no quiso perderse la vuelta, superando los números obtenidos en los dos primeros partidos en casa.
Los partidos con menor porcentaje de público en sus estadios fueron el Mónaco-Atlético de Madrid, con un 57,09%, y el Manchester City-Olympique de Lyon, con un 72,8%. El Santiago Bernabéu, por su parte, acogió la entrada más floja desde diciembre de 2015 en Champions League.
Con respecto a la televisión, el encuentro del Barcelona a las 18.55 horas lo vieron 561.000 espectadores, por los 902.000 que presenciaron en directo el Real Madrid-Roma. En términos de 'share', ambos tuvieron un porcentaje similar: 5,9% los azulgranas y 5,8% los blancos.