Reducir la final a un duelo Cristiano Ronaldo-Mohamed Salah obviaría la necesidad de numerosos actores secundarios, que siempre terminan siendo protagonistas de la gloria de sus estrelllas.
Aunque ambos compiten por el Balón de Oro, a la final de Kiev llegan Real Madrid y Liverpool exhibiendo sus vicios y virtudes, buscando coronarse en Europa alzando la Champions League.
Nacidos para marcar, españoles e ingleses garantizan un fútbol ofensivo, donde sus idilios con el contragolpe y los ataques vertiginosos invitan a pensar en una final trepidante desde el primer minuto.
El tridente formado por Salah, Mané y Firmino ha pulverizado el registro goleador de la historia de la competición, firmando 29 de los 40 goles que ha sumado el Liverpool en una edición donde el Madrid 'sólo' ha visto portería en 30 ocasiones.
Mientras el conjunto blanco presume de asedio por su carrusel de remates, en Anfield subrayan tanto su puntería como su mejoría en la zaga. Si bien la defensa era el debe inglés, Klopp ha conseguido mejorar las cifras de Zidane.
En esta edición, el Liverpool ha encajado 13 goles, dos menos que el Real Madrid, y ha recuperado más balones, 801 frente a 734, para evitar que su guardameta tuviera que invervenir 'sólo' 25 veces, por las 38 paradas de su rival.
Sin embargo, en la parcela que destacan los de Zidane es en la medular. Abonado a galopar, lo de Klopp se ven superados por la capacidad asociativa de los blancos y su acierto en la combinación.