Bien porque son ex madridistas, bien por ser ex barcelonistas vendidos por la puerta de atrás, ocho jugadores nazaríes tienen sus razones para querer dejarse el pellejo sobre el césped en la última jornada.
Jesús Fernández, Barral, Edgar y Rico son ex jugadores del Real Madrid. Y lejos de estar enfadados con su ex equipo, no han dudado en airear su madridismo cuando han tenido ocasión.
El guardameta Jesús apenas ha tenido minutos en esta liga, como apenas los tuvo en el Real Madrid (jugó sólo dos encuentros con el primer equipo). Quizá con la salvación asegurada, y ante un rival que seguro que le motiva, tenga su oportunidad.
Barral ha dado muestras de su madridismo en cuanto ha podido. Es de esos que disfruta con las derrotas del Barcelona, en la disciplina que sea. Y quiere que la del sábado sea una de ellas.
Fran Rico llegó al primer equipo blanco de la mano de Pellegrini y Mourinho, pero no llegó a asentarse como Nacho y Carvajal.
El caso de Edgar es menos claro. Pasó 'de refilón' por el club de Chamartín, nunca llegando al primer equipo. A pesar de ello, su paso por 'la Fábrica' dicen que le ha marcado, con lo que se convierte en otro 'sospechoso habitual' de esta particular lista.
Tres jugadores del Granada son ex barcelonistas. Tres jugadores que iban para estrella pero que no lograron hacerse fijos en el primer equipo y terminaron saliendo por la puerta de atrás.
"Como los cuatro del Madrid que acabas de enumerar", podríais decir, y no sin parte de razón. La diferencia fundamental radica en el momento. Estos tres han abandonado el Barcelona recientemente y es posible que la herida no haya cicatrizado aún.
Isaac Cuenca es el más destacado de ellos. De titular en ocasiones con Guardiola a caer en el olvido. Tras el partido contra el Sevilla, en el que marcó dos goles, aseguró que no le importaría marcarle al Barça otros dos.
Lombán es el segundo. Brilló en el 'B' de la mano de Eusebio, pero en el primer equipo no gustó, y se le llegó a tachar de lento. ¿Suficiente afrenta para desear venganza? Lo veremos.
Y por último, Rochina. Llegó al Barcelona tras 'salirse' en las categorías inferiores del Valencia. No llegó a asentarse en el B de Luis Enrique y comenzó a encadenar cesión tras cesión. Ahora el entrenador que no confió en él puede sufrirle.
El octavo hombre es sin duda el más peculiar. No es ex de ninguno de los dos equipos, pero es un reconocido aficionado del Espanyol que ha cometido la aberración de llamar a su hijo Modric Márquez. Es Javi Márquez, ex 'perico' que le tiene unas ganas locas al Barcelona, el club rival al que nunca ha sido capaz de ganar.
Ocho hombres con algo que celebrar si el sábado ganan al Barcelona. Porque a veces el corazón tiene razones que el dinero no es capaz de igualar.