Una tanda de penaltis en la que el gran protagonista fue el guardameta holandés Joey Koorevaar que detuvo el último y definitivo lanzamiento al delantero inglés Folarin Balogun.
Holanda, que se clasificó para las semifinales tras vencer a Irlanda en la tanda de penaltis en los cuartos de final, se medirá medirá el próximo domingo en la final, que derrotó este jueves por 2-1 a Bélgica en la primera semifinal con un gol de Edoardo Vergani a falta de nueve minutos para la conclusión.
Una final en la que la selección holandesa, ganadora del torneo en los años 2011 y 2012, buscará su tercera corona continental, ante una Italia, que nunca ha ganado el torneo desde su cambio a categoría sub 17, ya que los dos triunfos de los transalpinos, en los años 1982 y 1987, fueron en categoría su 16.