Humillante es el término que mejor define la goleada encajada por el New York City a manos del New York Red Bull. Lo que iba a ser un apasionante derbi neoyorquino acabó siendo una paliza de dimensiones épicas que habrá abierto una brecha difícil de cerrar en el cuadro celeste.
Dax McCarty inauguró el marcado muy pronto. Sólo necesitó tres minutos para poner por delante a los de la famosa bebida energética. Sin embargo, no sucedió la avalancha de goles que prometía el trepidante arranque.
Más bien al contrario. Los siguientes 40 minutos fueron de control. Pero poco a poco el NY Red Bull fue haciéndose con el partido. Y el City, cargándose de amarilla.
En el '42, Bradley Wright-Phillips anotó el segundo gol, el primero de su cuenta, y tres minutos más tarde, al filo del descanso, el segundo. Se da la circunstancia de que tanto él como su hermano Shaun, hoy en el banquillo sin un minuto jugado, salieron de la cantera del Manchester City, el equipo madre de su rival de esta jornada.
Con tres goles en contra se marchó a los vestuarios el conjunto local. No fue la noche de Villa, y lo peor estaba por llegar.
En el minuto 51 McCarty duplicaba su renta goleadora anotando el cuarto, y en el '56 Alex Muyl marcaba el quinto.
En un último arreón final llegaron los goles de Gonzalo Verón y Gideon Baah, para sumar siete en esta histórica goleada.
Esta derrota no baja al NY City de la segunda plaza que ocupan en su Conferencia, pero permite a los Red Bulls ascender hasta la quinta plaza y ponerse a sólo un punto de su vecino, apretando, y de qué manera, la Conferencia Este de la MLS.