Lo fácil es guardar silencio y mirar para otro lado. Pero no es lo que Lilian Thuram enseñó a su hijo Marcus. Este ha seguido los pasos de su padre en el fútbol, y ha demostrado estar a su altura también en lo personal.
Marcó al Union Berlin y lo celebró hinchando la rodilla en el suelo. La dedicatoria estaba clara, iba para George Floyd, el afroamericano cuya muerte ha prendido la mecha de la contestación civil en Estados Unidos.
"Fue un gesto a la altura de su padre", escribieron sobre él en Francia. Y es que Marcus evocó a su padre con este compromiso contra el racismo. Lilian Thuram, como futbolista y tras su retirada, fue una de las figuras de referencia en la lucha antirracista.
Parece ser que no solo ha pasado unos buenos genes para el fútbol a su hijo Marcus. También le ha inculcado grandes valores, y un compromiso contra la injusticia social digno de admirar.