Todo parecía transcurrir con normalidad hasta que, de repente y sin previo aviso, un grupo de ultras del club de la Costa Azul entró en la sala de prensa del Niza.
"No es una interrupción escandalosa. Queremos leer una declaración frente al entrenador y la prensa. También pretendemos apoyar al entrenador y a los jugadores", explicaron, para tratar de tranquilizar a los presentes.
Los ultras dijeron estar preocupados por no tener interlocutores dentro del club, una de las razones que les había llevado a intervenir de esta forma tan escandalosa.
También mandaron un 'recado' a los futuros fichajes. "El equipo necesita expandirse, necesitamos jugadores como la ambición de su club", dijo su portavoz. Y terminaron con otro aviso a los posibles accionistas, de quien desearon que fueran los adecuados para el club.