El delantero gallego se hizo con la mayor de las distinciones individuales en 1960. Desde entonces, pese a que Xavi Hernández y Andrés Iniesta lo rozaron, ningún jugador español fue capaz de adjudicárselo.
Así que el nombre de Luis Suárez está escrito en letras doradas. Sin embargo, como él mismo relata en ese extracto de un documental llamado "Nuestro Balón de Oro", el acto de entrega no pudo ser más austero.
"Sale la noticia y viene me parece que el subdirector de 'L'Équipe' a un partido de Liga normal. Me da el trofeo, lo levanto, acabo el partido, me ducho, me voy para casa y así acaba todo. Nada más", cuenta entre risas el que fuera estrella de Barcelona e Inter de Milán.
"Ni una cena después del partido, nada, nada. Me llevé este cacharro para casa tan contento, pero pensando que era una cosa normal", se puede ver en ese anticipo de la charla. Nada ver con el último acto de entrega a Leo Messi o de años anteriores.