A puerta cerrada y con un gol rocambolesco. Así cerró el Inter de Milán su billete a los octavos de final de la Europa League tras batir a un Ludogorets (2-1) que llegaba al Giuseppe Meazza con mascarillas por la alerta del coronavirus.
Los italianos resolvieron ante el conjunto búlgaro, que aun así llegó a meter el miedo en el cuerpo al Inter. Y es que el Ludogorets consiguió adelantar en el marcador a los 26 minutos de juego gracias al tanto de Cauly Oliveira-Souza.
Pese al golpe, el equipo de Antonio Conte no se vino abajo y sacó su lado autoritario. Cinco minutos después del 0-1, Eriksen asistió y Cristiano Biraghi definió para hacer la igualada en el marcador que daba al traste con las esperanzas del Ludogorets.
Antes del descanso llegaría el momento surrealista definitivo. Un gol de rebote insólito de Romelu Lukaku para cerrar la remontada 'neroazzurra' y reventar definitivamente la eliminatoria ante el equipo de Pavel Vrba.
En el añadido del primer tiempo, Alexis Sánchez aprovechó un regalo de la defensa y la puso para el delantero belga, que se lanzó en plancha para rematar. Plamen Iliev repelió con las piernas, pero el rechace tocó en la cabeza del delantero, aún de aterrizaje, y se metió de manera cómica en la portería.
Los de Conte aprovecharon la ventaja y en el segundo tiempo bajaron el pistón ante un Ludogorets que tuvo más la pelota, pero sin sobresaltos. Alexis Sánchez se toparía incluso con el larguero, pero el marcador no se movió más.